Arizona – no roosters in the dessert ( no hay gallos en el desierto)

Por: Elias Siebenborn

Es una obra de teatro que se ha presentado en “El Círculo Teatral”, el pequeño foro teatral de Alberto Estrella en la colonia Condesa del Distrito Federal, dedicado a mantener y dejar crecer las raíces del arte. Una obra que brilla por su carácter minimalista, sólo utilizando una impresionante coreografía, música, efectos de luz, cuatro actrices (Olga Gottwald, Jennifer Moreno, Micaela Lobos y Adriana Reséndiz) y la dirección de Rocío Belmont.

Siendo un escenario tan sencillo, a la vez es complejo y profundo donde se presentan los personajes y los sucesos. Se representan mujeres inmigrantes en el intento de cruzar la frontera
hacia Estados Unidos quienes se encuentran caminando en el desierto con el miedo de ser descubiertas por la migración. A pesar del calor, los miedos, rencores y nostalgias siguen su lucha por sus sueños, hijos y familia. Avanzan entre sus historias que las persiguen… y los cascabeles. Es también la historia de un acercamiento entre ellas y la superación de sus diferencias, de la a veces amarga, a veces fascinante salida de sus personalidades y fuertes reacciones ante de la situación intensa en que se encuentran.

La obra política se estrenó de manera simultánea en el Distrito Federal, Tucson (Arizona) y Chicago el mismo día en que entró en vigor la ley SB1070 que criminaliza a los inmigrantes indocumentados mexicanos y latinoamericanos en general… y a personas que lo parezcan físicamente.
Los caracteres de la obra de la dramaturgia, activista social y abogada estadounidense Kara Hartzler se basan en los testimonios de más de 100 mujeres indocumentadas entrevistadas por la antropóloga Anna Ochoa O´Leary. Por tal motivo la obra es también una investigación sobre ellas, quienes lejos de ser protegidas, se empeñan a tan riesgosa aventura y pregunta los motivos y causas. Los personajes de la obra terminan ser un “ resumen” de los testimonios : Marcella, 50 años, de Guadalajara, la experimentada quien guía a las demás ya ha cruzado la frontera dos veces y va contando la manera de sobrevivir del “otro lado” sin ser descubierta por las autoridades y del racismo desarrollado por la simple ignorancia.

La dureza que sufren los “sin papeles” se manifiesta en la manera de tratar hasta a compañeros y familiares, a quienes se ven obligados a dejar en el camino o traicionar para conseguir su sueño y sobrevivencia. De allí también viene el título “No hay gallos en el desierto”. Se refiere a Jesús quien dijo a San Pedro que lo traicionaría tres veces antes de que cantara el gallo. Da la idea de que casi fue una ventaja el gallo entre Jesús y San Pedro, ya que en el desierto pues ¡ni gallos hay! los cuales podrían anunciar una traición. Sólo hay calor, cascabeles, un largo camino… y las vaquitas de la migra.

Alejandra, 20 años, originaria del Distrito Federal, es la joven quien se va rumbo al norte con entusiasmo por lo moderno del “otro lado” y la aventura, representa el aspecto “chilango”. Siendo la obra sumamente seria y profunda goza también escenas muy divertidas en las que súbitamente suele salir el humor mexicano tan sarcástico y aliviador. Alejandra ofrece a una de sus compañeras “agregarla” en el Facebook por ser “tan buena onda”. - “¡aaay qué chilanga eres!”

Guadalupe, 30 años, de Guatemala, siendo discriminada en nuestro país, sale llevándose consigo el coraje expresado sobre todo hacía Lucía por su identidad indígena pero conforme va avanzando la historia logra a superar un poco su aversión y diferencias con élla.

Lucía es una adolescente Tzotzil de Zinancatán, Chiapas. Su presencia fascina por su quietud y aparente timidez como la de alguien quien se siente inferior, típico por gente de comunidades indígenas, mientras en cuatro ocasiones empieza a contar las “historias” de sus compañeras, y de si misma. De súbito cambia la luz y se escucha una música, y la actuación de ella y las posturas de sus compañeras nos envuelve en un ambiente que parece devorar nuestros sentidos. Fascinado y con detalle uno capta las las intensas palabras, movimientos y expresiones. Aquellos hablan igual
que la historia verbal que -viéndola con perspectiva meramente lógica- parece fantástica y parabólica para la historia de cada una de las mujeres, quienes muestran reacciones entre encanto y rabia a los “cuentos indios”, como dice Guadalupe.

Es una obra de una atmósfera muy intensa que a mi personalmente me pareció sumamente fascinante, no sólo por su aspecto político y critico hacía la ley SB1070, la ignorancia y el machismo en nuestras sociedades, sino también por la impresión que se capta a través de ella como obra teatral y destacada dirección, coreografía y actuación. Cuenta sobre los migrantes y sobre el ser humano en general, siendo un testimonio de la realidad humana, tanto cruda como mágica, y sin maquillaje.

La representación que vi fue desgraciadamente la última y me parece que debemos esperar a su regreso y/o exigirlo!

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